Los libros suelen deteriorarse por diversos motivos. Uno de ellos es el propio uso y el paso del tiempo. En otros, la exposición a ambientes inadecuados o roturas provocadas por accidente.
Hay tantos tipos de restauración como libros dañados, por eso es necesario decidir la estrategia a emplear según el tipo de deterioro que tengan. En algunos casos, reconstruyendo páginas o roturas de estas. En otros, encuadernándolos de nuevo completamente.